Escuela Rural Productiva

La autoproducción social de un espacio educativo desde un modelo pedagógico intercultural

El proyecto comunitario «Escuela Rural Productiva» nació en el año 2016 de forma autogestiva por parte de las y los jóvenes del Bachillerato Rural Digital No.186 de Tepetzintan (Puebla) quienes, al haber adquirido previamente el conocimiento técnico de las propiedades constructivas del bambú de la zona e identificado la falta de espacios educativos dignos para el aprendizaje en su comunidad, decidir diseñar y autoconstruir su propio espacio educativo. Para ello, se llevaron a cabo cinco talleres de diagnóstico y diseño participativo en los cuales las y los alumnos expresaron y plasmaron sus aspiraciones sobre la necesidad de contar con espacios apropiados al contexto sociocultural, ambiental y económico de su comunidad y una educación culturalmente adecuada en su lengua materna (náhuatl).

Fue durante estos procesos de diálogo colectivo que la comunidad estudiantil incorporó al proyecto el concepto de «escuela rural productiva», a través del cual plantearon un programa arquitectónico que diera cabida al aprendizaje de materias escolares relacionadas con oficios locales (producción de miel melipona, mermeladas , ungüentos, bambú, etc), del rescate de métodos tradicionales de cultivo y herbolaria, así como de la detonación de cadenas productivas locales que permitan generar fuentes de empleo y evitar la migración a otras ciudades o fuera del país. Además de la definición conceptual del proyecto, con los primeros procesos participativos las y los alumnos crearon colectivamente maquetas y planos que fueron constituyendo la propuesta arquitectónica del proyecto, la cual fue presentada en una asamblea y aprobada por el comité educativo, estudiante y de familias. A partir de ese momento se conformó el comité comunitario para darle seguimiento al proyecto e iniciar la gestión social para la realización de las aportaciones de la comunidad: bambú, piedra, acarreos, mano de obra local y faenas. Por su parte, la asamblea general de la comunidad donó el terreno para la construcción del espacio educativo, lográndose así consolidar la materialización del proyecto por medio de un sistema constructivo modular basado en el uso y aprovechamiento del bambú, un material natural abundante en la comunidad .

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Talleres de diseño participativo, Escuela Rural Productiva, Tepetzintan, México, 2021, alumnos del Bachillerato Rural Digital No. 186 + Comunal. Foto © Comunal

Hoy en día, después de múltiples procesos de ayuda mutua y la gestión independiente de fondos para la realización del proyecto, se ha logrado construir la primera etapa del programa (dos aulas y área de servicios) para la impartición de clases y talleres productivos dirigidos a jóvenes de Tepetzintan y de siete comunidades aledañas, dando atención no solamente a nivel local sino también a nivel regional. Es con estos antecedentes y aprendizajes que, a partir del año 2020, estudiantes y profesores de la Escuela Rural Productiva decidieron profundizar y fortalecer el aspecto artístico-creativo en su aprendizaje, así como generar talleres enfocados a la conservación de su lengua con la misión de reforzar su identidad cultural y generar un modelo pedagógico intercultural que incentiva la creación de materiales literarios en náhuatl. En este sentido,

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Proceso de autoproducción asistida, Escuela Rural Productiva, Tepetzintan, México, 2021, alumnos del Bachillerato Rural Digital No. 186 + Comunal. Foto © Comunal

 

A través de la metodología «aprendizaje-servicio comunitario», el proyecto busca replicar los talleres de forma autónoma desarrollando un círculo solidario de creación continúa entre la comunidad estudiantil de la Escuela Rural Productiva de Tepetzintan, y de otras localidades de la región, para así tejer una red de comunidades creadoras de talleres y un acervo literario en lengua náhuatl; es decir, crear un sistema de aprendizaje colectivo autosugestionado por y para jóvenes de la comunidad, que rescate los saberes locales y fortalezca los vínculos orales con sus padres, madres, abuelas y abuelos. En este sentido, se busca tener un impacto sociocultural positivo que detone el fortalecimiento de la identidad, la cosmovisión, el tejido comunitario y las herramientas pedagógicas en la región a través del arte.

Ambos proyectos, uno cultural y otro de autoproducción arquitectónica social, se conjuntan para hacer frente a los desafíos educativos que viven las comunidades rurales y pueblos originarios de nuestro país desde hace varias décadas. Las lenguas originarias de México se encuentran en riesgo de desaparecer debido a diversos factores, entre ellos: aspectos sociales importantes como la discriminación y la autoestima de las y los jóvenes que hablan alguna lengua indígena, la falta de material didáctico para acompañar los procesos pedagógicos en lenguas originarias, sistemas educativos coloniales que exigen la castellanización para obtener grados educativos y la falta de recursos económicos para incentivar pedagogías interculturales que refuercen, no solamente la conservación de las lenguas maternas en jóvenes e infantes,

Imagen principal: Interior de la aula, Escuela Rural Productiva, Tepetzintan, México, 2021, alumnos del Bachillerato Rural Digital No. 186 + Comunal. Foto © Onnis Luque